martes, 4 de septiembre de 2007

Borrachera electoral

Borrachera electoral
Francisco Javier Chaín Revuelta


102 mil 900 personas no votaron por el PRI y estos hicieron fiesta. Pero no es una fiesta por la ciudad ni por la decisión de la mayoría, sino hicieron una fiesta particular por el regocijo que siente porque a su antojo dispondrán el dinero y las decisiones de los cordobeses.

Las cifras del PREP marcan (3/sep/07) una lista nominal (número de personas que poseen credencial para votar) de 136 mil 892. De este total una mayoría de 65 mil 53 personas ni siquiera se acercaron a las urnas. Decidieron que ningún suspirante ni partido merece su atención. Ninguno candidato es confiable para lograr siquiera una leve mejoría en la calidad de vida de la población. Además las leyes electorales no les permiten votar por quien ellos quieran sino sólo por los cristianos que los partidos les impongan. Entre los candidatos no hay indígenas, obreros, sirvientas, empleados, comunistas, ni otras nobles personas. El sistema electoral no es democracia. Aunque burdamente la disfrazan de partidocracia en realidad es una dictadura donde se simulan colores y partidos diferentes, pero todos estos colores y todos estos partidos. propugnan por una misma política económica de capitalismo salvaje que tiene a la población en la desesperación. Una política al servicio de la riqueza cuya meta es privatizar, entregar los recursos naturales a sus patrones los inversionistas extranjeros y nacionales, de ocuparse de que bajen los salarios, de impulsar la migración, destruir ejidos, robar tierras, aumentar la contaminación, aumentar la policía y el ejército, aumentar la basura y las enfermedades y todo lo que usted quiera agregar.

Por todo ello, cuando a la ciudad la emborrachan con elecciones a la gran mayoría les vale. Lo demuestran en estas últimas municipales las 65 mil 53 personas quienes no participaron del costoso bacanal, de la diabólica orgía e inmoral embriaguez electoral, estas decenas de miles de personas no realizaron la incongruencia de todavía ir a votar por quienes los joden. Prefieren seguir resistiendo en el silencio, esperando quizá, alguna vez, por tiempos mejores.

Cómo ejercicio para lectores esta nota alega que resulta divertido el uso de las matemáticas y en particular de la aritmética, ya que en el juego de los números es posible ordenarlos al gusto para (incluso) destacar u ocultar la realidad sin faltar a la verdad numérica. Por ejemplo si soy candidato del PRI (o su defensor) en una elección municipal, digamos por ejemplo, de Córdoba, Veracruz, entonces tomaré en cuenta sólo el total de votos recibidos (71 mil 839) y diré que arrasamos y ganamos con el 47.32 % de los votos. Y por supuesto no haré escándalos para decir que 102 mil 900 votantes (de los 136 mil 892 de la lista nominal) no votaron por mi, no diré que el 75.17 % de los votantes no lo hicieron por mi.

Si seguimos jugando con matemáticas y democracias podemos esperar un hipotético caso de 1,000 posibles votantes, donde sólo acudieran a las urnas 10 personas, y un candidato con 5 votos, saliera a la calle gritando: ¡Gané con el 50% de los votos! Cuando en realidad 995 personas lo repudian. Así como están las cosas conviene mejor regresar a la monarquía, sale más barata y de todas maneras siguen mandando los mismos que joden. Además un rey no roba porque ya todo es suyo. fjchain@hotmail.com

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