martes, 20 de noviembre de 2007

Ateos Gracias a Dios

Ateos Gracias a Dios
Francisco Javier Chaín Revuelta

En lo profundo de la historia y en la antigüedad del tiempo han existido los ateos. Asimov demostró que el hombre esculpió ocioso, adorar lo esculpido fue diversión posterior. De los últimos ateos podemos citar a la banda Punk “Ateos gracias a Dios” integrado en diciembre de 1994 en la población de Recoleta al norte de Santiago de Chile, por Choco en la voz, Polilla en los Tarros, Chino Alex en bajo y Primo en guitarra. Al poco, Pela o Fernando entró por el Choco que se fue a la Universidad, y luego el Polilla le deja el puesto a Moncho. En el 96 Chino Alex forma otra banda y deja su espacio a Sebastián. Ese año sacan el demo “Skandalo” con 10 temas propios. Emigran Sebastián y Moncho para formar la banda Ska. El bajo lo toma Claudio Estrella y en los Tarros Nacho, luego sale y entra Juan Luis en su lugar. Graban “Ruleta” en 2000. Se va Claudio, entra Richard al bajo. En 2001 graban “Síguelo A.G.D.” Se presentan en Valparaíso, Rancagua, Talca, Concepción, La Serena y Quillota, teniendo muy buena recepción de parte del público y también visitando la Ciudad Argentina de Mendoza. Aún no terminan de escribir su historia, ya que la banda a pasado por altos y bajos, pero siempre con un afán de entregar alegría y diversión, a pesar de pertenecer –dicen- a este podrido sistema, en el cual nos aplasta el Capitalismo y fascismo, siempre dando la lucha con la música, como la forma de expresar el descontento del pueblo, tratando que en cada recital sea una verdadera fiesta, sin olvidar el dolor y la rabia a este sistema. Eso somos –dicen- “Ateos Gracias a Dios”­
Otro militante es Michael Onfray, incluso escribió, gracias a Dios, el libro “Tratado de ateología” (Ediciones de la Flor, 2006) placentero ensayo menos por el contenido que por la atea pasión del autor. Ante occidentales opone a Nietzshe (Dios está de su lado) porque las doctrinas judeocristianas no son otra cosa que una máquina monstruosa al servicio de la pulsión de muerte, comprometida con el odio al cuerpo, a la inteligencia, a las mujeres, a todo lo diferente y, en suma, el odio a la vida misma, en nombre del amor al prójimo y la felicidad que prometen llegará al fin... ¡después de la muerte!
Onfray francamente propone que en lugar de una religión única se enseñe ateísmo en la escuela: “Enseñar el ateísmo supondría una arqueología del sentimiento religioso: el miedo, el temor, la incapacidad de enfrentar la muerte, la imposible conciencia de incompletud y de la finitud del hombre, el papel principal y motor de la angustia existencial”. Nos dice que Dostoievski se equivocaba; porque Dios existe, entonces todo está permitido, ya que fue en nombre de un Dios único, violento, celoso, intolerante y vengador que se realizaron las brutalidades más grandes de la historia.
La ateología consiste en desmontar el teatro y el negocio judeocristiano y lleva el noble fin de eliminar el odio y la fascinación de exterminar al otro, de eliminar cruzadas perversas que se ejecutan en nombre de Dios. Desmantelar la máquina judeocristiana implica explicitar su modo de operar, sus herramientas y el uso de esos instrumentos al servicio de la pulsión de muerte. Desmitificar el judeocristianismo, desmontar la insultante y millonaria teocracia vaticana cuyos valores han terminado obesos de privilegios en la Bolsa Neoyorquina. Esa es la tarea y esa es, gracias a Dios, la atea pasión al ritmo de la banda punk que se afana en llevar alegría a las gentes, y al mismo tiempo detener el capitalismo salvaje de los criminales teístas judeocristianos empecinados en lastimar, en corromper, en alentar despiadados bombardeos que con crueldad inaudita asesinan a niños, mujeres y pobres por todas la regiones del planeta. Gracias a Dios, el ateismo rescata los valores humanos y avanza por el mundo abriendo las conciencias. fjchain@hotmail.com

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