miércoles, 21 de marzo de 2007

La policía es de quien la paga

La policía es de quien la paga


Fco. Javier Chaín Revuelta


El concepto de Estado es confuso a causa de todo lo sembrado por eruditos, escritores, filósofos y para mayor confusión el Estado está distorsionado a causa de esos cristianos siempre dispuestos a sacrificarse por Dios y por la Patria usufructuando los huesos públicos.
La nota también será confusa y acaso, si bien le va, apenas logre motivar alusivas lecturas sobre lo que es un Estado, tomando en cuenta que muchas veces lo que no resulta claro a la primera lo será en segunda o en posterior lectura. El tema del Estado es asunto básico en toda política en época pacífica y más fundamental aún en tiempos turbulentos y prerrevolucionarios como los que se viven ahora. Diariamente se constatan tormentas sociales en cualquier periódico a propósito de cualquier asunto económico o político. Todos los días por este u otro motivo regresa la pregunta ¿Qué es el Estado, cual su naturaleza, cual su significado, cual la actitud de los partidos frente al Estado? Lo importante de la respuesta será la razón e investigación de cada cual para adquirir capacidad de enfocar y comprender el problema del Estado.

El problema del Estado a menudo es confundido con problemas religiosos, no sólo por representantes de iglesias sino también por quienes se consideran libres de prejuicios. Aun hoy hace falta señalar que el Estado no es algo divino o sobrenatural, como hasta hace aun pocos años imperaba esta doctrina estrechamente vinculada a los intereses de las clases explotadoras -terratenientes y capitalistas- sirviéndole tan bien a sus intereses. Esta ideología divina impregnó tan profundamente todas las costumbres, las concepciones, y la ciencia de los señores de la explotación que aun se encuentran bastantes vestigios de ella a cada paso.

La teoría del Estado sirve para justificar los privilegios sociales, la existencia de la explotación y la existencia del capitalismo, razón por la cual sería el mayor de los errores esperar imparcialidad en este problema, abordarlo en la creencia de que quienes pretenden ser científicos puedan brindarle a usted una concepción puramente científica del asunto. Cuando se haya familiarizado con el problema del Estado, con la doctrina del Estado y con la teoría del Estado, y lo haya profundizado suficientemente, descubrirá siempre la lucha entre clases diferentes, una lucha que se refleja o se expresa en un conflicto entre concepciones sobre el Estado, en la apreciación del papel y de la significación del Estado.

Para abordar este problema del modo más serio, hay que echar, por lo menos, una rápida mirada a la historia del Estado, a su surgimiento y evolución. Lo más seguro, cuando se trata de un problema de ciencia social, y lo más necesario para adquirir realmente el hábito de enfocar este problema en forma correcta, sin perdernos en un cúmulo de detalles o en la inmensa variedad de opiniones contradictorias; lo más importante para abordar el problema seriamente, es no olvidar el nexo histórico fundamental, analizar cada problema desde el punto de vista de cómo surgió en la historia el fenómeno dado y cuáles fueron las principales etapas de su desarrollo y, desde el punto de vista de su desarrollo, examinar en qué se ha convertido hoy. Por lo pronto esta nota puede adelantar la cuestión de que si el ejército y la policía es de quien la paga, el Estado ¿De quién será?
fjchaín@hotmail.com

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