Cínicos y miserables
Fco. Javier Chaín Revuelta
Tengamos presente el hecho terrible de padecer un Estado que favorece a cínicos explotadores sometiendo a la de a fuerza grandes mayorías de personas que además de explotadas son acorraladas en degradante miseria. El desarrollo de todas las sociedades humanas a lo largo de miles de años revela cierta regularidad y consecuencia. Tenemos, primero, una sociedad sin clases, la sociedad originaria, patriarcal, primitiva, en la que no existían aristócratas; luego una sociedad basada en la esclavitud, una sociedad esclavista. Todavía hoy en muchos lugares existe la esclavitud y muchas de sus variantes o disfraces crecen aceleradamente. La división en propietarios de esclavos y esclavos fue la primera división de clases importante. El primer grupo no sólo poseía todos los medios de producción -la tierra y las herramientas-, sino que poseía también los hombres.
Esta forma esclavista fue seguida en la historia por otra forma conocida como feudalismo. En la gran mayoría de los países, la esclavitud, en el curso de su desarrollo, evolucionó hacia la servidumbre. La división fundamental de la sociedad era: los terratenientes propietarios de siervos, y los campesinos siervos. Cambió la forma de las relaciones entre los hombres. Los poseedores de esclavos consideraban a los esclavos como su propiedad; la ley confirmaba este concepto y consideraba al esclavo como un objeto que pertenecía íntegramente al propietario de esclavos. Por lo que se refiere al campesino siervo, subsistía la opresión de clase y la dependencia, pero no se consideraba que los campesinos fueran un objeto de propiedad del terrateniente propietario de siervos; éste sólo tenía derecho a apropiarse de su trabajo, a obligarlos a ejecutar ciertos servicios. En la práctica, como se puede apreciar, incluso hoy mismo, la servidumbre no se diferencia en nada de la esclavitud.
Más tarde, con el desarrollo del comercio, la aparición del mercado mundial y el desarrollo de la circulación monetaria, dentro de la sociedad feudal surgió una nueva clase, la clase capitalista. De la mercancía, el intercambio de mercancías y la aparición del poder del dinero, surgió el poder del capital. Durante el siglo XVIII, o mejor dicho desde fines del siglo XVIII y durante el siglo XIX, estallaron revoluciones en todo el mundo. El feudalismo fue abolido en muchos países. A consecuencia, una forma de sociedad fue remplazada por otra, el feudalismo fue reemplazado por el capitalismo, bajo el cual siguió existiendo la división en clases, así como diversas huellas y supervivencias del régimen de servidumbre, pero fundamentalmente la división en clases asumió una forma diferente.
Los dueños del capital, los dueños de la tierra y los dueños de las fábricas constituían y siguen constituyendo, en todos los países capitalistas, una insignificante minoría de la población, que gobierna totalmente el trabajo de todo el pueblo, y, por consiguiente, gobierna, oprime y explota a toda la masa de trabajadores, la mayoría de los cuales son proletarios, trabajadores asalariados, que se ganan la vida en el proceso de producción, sólo vendiendo su mano de obra, su fuerza de trabajo. Con el paso al capitalismo, los campesinos, que habían sido divididos y oprimidos bajo el feudalismo, se convirtieron, en proletarios, la mayoría como obreros en fábricas, y la minoría se quedó en el campo como seres sometidos por los terratenientes y propietarios de agroindustrias. Ejemplo famoso de explotador campirano es el tal Vicente Fox que incluso la ley le permitió poner todo el aparato del Estado a su particular servicio.
Tengamos presente el hecho terrible de padecer un Estado que favorece a cínicos explotadores sometiendo a la de a fuerza grandes mayorías de personas que además de explotadas son acorraladas en degradante miseria. El desarrollo de todas las sociedades humanas a lo largo de miles de años revela cierta regularidad y consecuencia. Tenemos, primero, una sociedad sin clases, la sociedad originaria, patriarcal, primitiva, en la que no existían aristócratas; luego una sociedad basada en la esclavitud, una sociedad esclavista. Todavía hoy en muchos lugares existe la esclavitud y muchas de sus variantes o disfraces crecen aceleradamente. La división en propietarios de esclavos y esclavos fue la primera división de clases importante. El primer grupo no sólo poseía todos los medios de producción -la tierra y las herramientas-, sino que poseía también los hombres.
Esta forma esclavista fue seguida en la historia por otra forma conocida como feudalismo. En la gran mayoría de los países, la esclavitud, en el curso de su desarrollo, evolucionó hacia la servidumbre. La división fundamental de la sociedad era: los terratenientes propietarios de siervos, y los campesinos siervos. Cambió la forma de las relaciones entre los hombres. Los poseedores de esclavos consideraban a los esclavos como su propiedad; la ley confirmaba este concepto y consideraba al esclavo como un objeto que pertenecía íntegramente al propietario de esclavos. Por lo que se refiere al campesino siervo, subsistía la opresión de clase y la dependencia, pero no se consideraba que los campesinos fueran un objeto de propiedad del terrateniente propietario de siervos; éste sólo tenía derecho a apropiarse de su trabajo, a obligarlos a ejecutar ciertos servicios. En la práctica, como se puede apreciar, incluso hoy mismo, la servidumbre no se diferencia en nada de la esclavitud.
Más tarde, con el desarrollo del comercio, la aparición del mercado mundial y el desarrollo de la circulación monetaria, dentro de la sociedad feudal surgió una nueva clase, la clase capitalista. De la mercancía, el intercambio de mercancías y la aparición del poder del dinero, surgió el poder del capital. Durante el siglo XVIII, o mejor dicho desde fines del siglo XVIII y durante el siglo XIX, estallaron revoluciones en todo el mundo. El feudalismo fue abolido en muchos países. A consecuencia, una forma de sociedad fue remplazada por otra, el feudalismo fue reemplazado por el capitalismo, bajo el cual siguió existiendo la división en clases, así como diversas huellas y supervivencias del régimen de servidumbre, pero fundamentalmente la división en clases asumió una forma diferente.
Los dueños del capital, los dueños de la tierra y los dueños de las fábricas constituían y siguen constituyendo, en todos los países capitalistas, una insignificante minoría de la población, que gobierna totalmente el trabajo de todo el pueblo, y, por consiguiente, gobierna, oprime y explota a toda la masa de trabajadores, la mayoría de los cuales son proletarios, trabajadores asalariados, que se ganan la vida en el proceso de producción, sólo vendiendo su mano de obra, su fuerza de trabajo. Con el paso al capitalismo, los campesinos, que habían sido divididos y oprimidos bajo el feudalismo, se convirtieron, en proletarios, la mayoría como obreros en fábricas, y la minoría se quedó en el campo como seres sometidos por los terratenientes y propietarios de agroindustrias. Ejemplo famoso de explotador campirano es el tal Vicente Fox que incluso la ley le permitió poner todo el aparato del Estado a su particular servicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario